¡Hola Arqueros y Curiosos!
Hoy tenía pensado enseñaros el Laurel que está en el jardín, pero ha
sido imposible porque todo el día ha estado lloviendo y con muchísimo viento,
así que, en otra ocasión será.
Está situado en la esquina nordeste del jardín, protegido por el seto
que le hace de cortavientos y por el invernadero del vecino; esto es porque al
Laurel no le gusta demasiado el frío y aquí los vientos del noroeste y del
suroeste suelen ser helados en invierno, con todo, éste ya ha debido
acostumbrarse al frío, porque lo cierto es que no parecen ni afectarle las
heladas.
Para que no os quedéis sin reconocerlo, he encontrado una página que me ha gustado mucho y en
la que se ven con mucho detalle en las fotografías las diferencias entre el LaurusNobilis y el PrunusLaurocerasus o Laurel cerezo. Es importante distinguirlos porque
si el primero es el arbolillo aromático que todos conocemos (sobre todo a los
que les gusta el marisco sin mucha elaboración…), el Laurel cerezo, bastante
utilizado para formar setos, requiere bastante cuidado en su manejo y es
venenoso por ingesta, ya que tiene ácido anhídrico; habrá personas que incluso
les produzca reacción cutánea con sólo tocarlo, pero la ingesta, tanto de las
hojas como las del agua, con este tipo de laurel puede provocar nauseas,
vómitos, disnea, espasmos y fiebre, aunque en las dosis adecuadas para
preparaciones medicinales sí se utiliza, especialmente como expectorante; pero
yo no me arriesgaría a andar con él; lo podéis distinguir fácilmente por el
olor amargo que tiene y porque las hojas son dentadas, así que no lo toqueteéis
demasiado, y si tenéis alguno ornamental o como seto, ¡siempre con guantes!
El Laurus Nobilis , que es
el que nos ocupa, era en la antigüedad clásica el árbol consagrado a Apolo,
dios de la música y la poesía, de la profecía y de la curación; árbol de
oráculos y victorias que es lo que significa Laurus.
Los griegos consideraban a éste arbolillo la panacea de todos los
males y por eso lo dedicaron al dios Esculapio, que era el dios de la medicina;
recordad también que los griegos coronaban con Laurel a los ganadores de sus
juegos y que los romanos, decoraban las puertas del palacio de los césares con
las hojas de Laurel como símbolo de nobleza y de los más altos logros; de aquí,
viene la expresión “le han llovido laureles” (ha triunfado) o “no te duermas en
los laureles” (no pienses que por tener éxito, ya no vas a tener que seguir
esforzándote). También era tradición coronar con el Laurel con frutos, a los
jóvenes que se doctoraban, y de los frutos o “baccas lauri “ (bayas de laurel), viene el término francés
“Baccalaureate” (bachillerato).
Mucha inspiración popular ha movido el Laurel, y siempre con signos
de eternidad, de resurrección, de creatividad, buena suerte y protección, hasta
tal punto, que desde la época de Nerón ha existido el mito de que si muere un
árbol de Laurel en un jardín, es que alguien de la casa va a morir; incluso
Shakespeare menciona este mito en Macbeth:
“Se cree que el rey está muerto: nosotros no nos quedaremos,
Los laureles de nuestro país están todos marchitos.”
No conozco todas las propiedades del Laurel, aunque seguro que Rafael
si os podrá ilustrar sobre ellas; sé que tiene propiedades antirreumáticas, y
por tanto antiinflamatorias, y que suele utilizarse en infusión como remedio
estomacal. Siendo sincera, los usos en casa, aparte de ser indispensable en
muchos hervidos para aromatizar y como
condimento en general, lo usamos para muchas cosas y Rafael todos los años
recolecta los diminutos frutos que brotan tras la floración, y las hojas, para
hacer Aceite de Laurel.
Nuestro Laurel es macho, por lo que no da los típicos frutos con
forma de aceituna negra y de los cuales se hace la Manteca de Laurel, con la
que se fabrican los famosos jabones de Alepo.
Otro uso que no mucha gente
conoce, quizá porque no es necesario habitualmente, es como antipolillas de la
madera; en las casas antiguas, con suelos de madera natural, o en esos viejos
armarios de las casa de pueblo, si colocáis ramas de laurel, podéis estar
seguros de que las polillas no asomarán por allí y encima, olerá fenomenal. Rafael, suele usarlo, ya que arde bien, como incienso y para sahumerios, solo,
triturado con otras plantas y un aglutinante, o como hato central trenzado con
otras hierbas y maderas.
¿Sabéis algún uso más del Laurel?
Sol
Sol