Terminó el
primer curso de iniciación con Hermesan el pasado 19 de marzo. Todos los
finales y principios, y este hito es ambas cosas, tienen una mezcla indefinible
de nostalgia y alegría; algunos continuarán, a algunos no los veré, pero sé que
estos momentos aparecerán en sus recuerdos en el devenir de los años, de la
misma forma que me han ayudado a mí a crear un eco, un acorde más, en ese
espacio sin tiempo donde habita la arquería. Este es el inconfesable secreto de
gurús y maestros: te llevas tanto como das.
Gente de las
artes marciales (arquería incluida) y la esgrima, del crecimiento interior, de
la psicología, de la meditación y alguno que, ajeno a todos estos ámbitos,
descubría una mirada nueva en la acción. Ante un elenco de alumnos cualificado
por sus experiencias, cuando el objetivo es simplemente trasladar la
posibilidad y mostrar apenas los rudimentos de un método, es difícil ampliar
ese ámbito de realidad.
Mas, sobre los
logros técnicos –y orgulloso puedo decir que los hay- destaco esto: una indefinible
sensación de la que no sé decir más; un espacio se ha abierto.
Rafael.